jueves, 14 de julio de 2011

De la luna.

Te convirtió en sirena aquél conquistador de tesoros, en cuánto te vio el dolor sabor a muerte desapareció de sus papilas, también te convirtió en utopía, te compartió -para un pirata es lo más difícil que puede hacer-, pero lo hizo porque te ama, no lo ves, cuando no estás pierde credibilidad ante su tripulación, incluso se toca el corazón con un puño, se lo arranca y enseña como bombea a cualquiera que se le acerque. No deberías dejar que te vea humana, eres una estatua de oro, ¿quién mejor que aquél aventurero para valorarte?,  en cambio deberías cantar en voz alta, muy alta, para que él te encuentre fácilmente, ¿a caso te gusta que viaje de mar en mar, para encontrarte? ¿disfrutas con sonrisa malévola las veces que ha estado de la negra?. Miras al cielo y deseas tener alas, ver de arriba hacia abajo, pero tus escamas te lo impiden. Si tan solo pudieras nadar hacia el abismo, pero le temes, temes perderte, perderle.. por eso vas a la superficie cuando deja de invocar te, puedes amarle, no dejes que te salgan pies, ni te pongas ropa, mucho menos hables, conserva tus pechos desnudos, tus cabellos largos, tu condición de sirena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario